Historia de los anteojos de sol: cómo nació y evolucionó este accesorio
A pesar de que la mayoría de los usuarios la desconocen, la historia de los anteojos de sol es un claro ejemplo de cómo el hombre adapta los recursos que encuentra en la naturaleza e innova permanentemente para mejorar su calidad de vida.
Este elemento, que hoy en día para muchos es un mero accesorio de moda, nació cientos de años atrás con el objetivo de proteger los ojos del reflejo de la luz solar sobre la nieve. En esta nota, te contamos el origen y la evolución de los lentes de sol.
Esquimales, los precursores
Aunque pueda parecer extraño, la historia de los anteojos de sol comienza en la región ártica de los Estados Unidos cerca del año 1000.
Dado que el impacto de la luz solar sobre el hielo polar provocaba un efecto cegador en la visión, los esquimales —el grupo indígena que habitaba esa área— crearon un dispositivo que les permitiera reducir la incomodidad.
Fue así como surgieron las primeras lentes que, en vez de cristales, tenían pequeñas ranuras que reducían notablemente la cantidad de luz que recibían sus ojos.
China e Italia, dos países fundamentales para la historia de los anteojos de sol
Aunque los esquimales fueron los primeros en utilizar un elemento para reducir el impacto de los rayos lumínicos sobre los globos oculares, los lentes con cristales oscurecidos los inventaron los chinos con una finalidad muy particular.
Durante el siglo XIII, en China empezaron a utilizarse anteojos con cristales de cuarzo ahumado. Sin embargo, su uso estaba restringido a los jueces, quienes los empleaban con el objetivo de ocultar su mirada durante los juicios. De esta forma, evitaban que las personas sacaran conclusiones anticipadas sobre sus veredictos.
Hacia 1430, llegan a China los anteojos graduados provenientes de Italia. Esto permitió que se combinaran ambas técnicas y que surgieran los primeros lentes oscurecidos graduados.
A pesar de que esta tecnología podría haber beneficiado a muchas personas, en un principio mantuvieron su propósito original: ocultar la mirada para mostrar imparcialidad.
Siglos más tarde, en 1752, James Ayscout, un óptico inglés, comenzó a experimentar con el tintado de los cristales para tratar inconvenientes visuales relacionados con la sensibilidad a la luz del sol y la falta de agudeza visual.
Fue así como surgieron los lentes de color verde y azul. Lejos de concebirlos como un dispositivo para protegerse del sol, en ese momento eran principalmente utilizados por los enfermos de sífilis, dolencia que provoca hipersensibilidad a la luz (entre otros síntomas).
La etapa moderna de la historia de los anteojos de sol
A pesar de los avances ópticos, el uso comercial de los lentes de sol llegó recién a comienzos del siglo XX, específicamente en 1929. Ese año, Sam Foster, dueño de la empresa Foster Grant Company, empezó a producirlos y a distribuirlos masivamente por todo el territorio de Estados Unidos.
Años más tarde, el ejército estadounidense le encargó a la compañía especialista en óptica Bausch & Lomb la creación de unos anteojos con lentes oscuras que protegieran los ojos de los pilotos aéreos de los deslumbramientos que se pueden producir durante los vuelos.
Este pedido dio origen a las míticas Ray-Ban Aviator (ray- ban significa “barrera contra los rayos”). En 1937 se autorizó la venta al público de este modelo, que, sin dudas, se convirtió en un icono a lo largo de los años.
El movimiento hippie de los años 60 hizo que los anteojos de sol se convirtieran en un complemento de moda popular, ya que a partir de ese momento comenzaron a comercializarse en diferentes colores, formas y tamaños.
Nuestro país, fundamental para la evolución de los lentes de sol
Argentina también escribe parte de la historia de los anteojos de sol gracias a LGI, una empresa que desde hace más de 30 años funciona en el partido bonaerense de San Martín.
Creada por la familia Fermani y actualmente gestionada por Norberto Fermani y Sergio Fermani, la compañía es líder en la fabricación, diseño y distribución de anteojos de sol, así como de armazones de receta.
LGI es la creadora de las prestigiosas Union Pacific, Tiffany y Paul Riviere. Además de ser lentes de altísima calidad y diseños exclusivos, cada una de estas marcas está apuntada a diferentes públicos, lo que permite satisfacer las demandas y expectativas de distintas porciones del mercado.
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