Considerados por muchos usuarios como un mero accesorio de moda, los anteojos de sol son, en realidad, un elemento indispensable para la salud visual.
Cuando se usan de manera adecuada y constante, es decir, durante todo el año, ayudan a prevenir enfermedades visuales, reducen la sequedad ocular y el deslumbramiento y ralentizan la aparición de arrugas alrededor de los ojos, entre otros beneficios.
En este artículo, explicamos la importancia de utilizar gafas con protección UV y brindamos algunas recomendaciones para elegir las más adecuadas.
8 razones que revelan la importancia de usar anteojos de sol
El uso de protectores solares es clave para reducir el impacto de la radiación ultravioleta en la piel y disminuir los daños que provoca.
Ahora bien, los ojos son 20 veces más sensibles que la piel a la influencia de los rayos del sol y los efectos dañinos de la exposición a la radiación UV se acumulan con el paso del tiempo.
Por lo tanto, el uso de anteojos de sol va mucho más allá de seguir tendencias vigentes o transmitir un estilo: es una cuestión de salud.
Protegen la retina
La retina es la responsable de transmitir al cerebro las imágenes que ve el ojo. Si se deteriora, puede dar lugar a la degeneración macular, una enfermedad progresiva que daña la mácula, un componente del ojo que controla la visión central.
Las gafas de sol bloquean los rayos ultravioleta que dañan la retina. Además, protegen contra otros tipos de luz dañina, como la luz azul emitida por las pantallas digitales.
Reducen el riesgo de desarrollar cataratas
La radiación UV favorece la aparición de cataratas, que consiste en la pérdida de transparencia en el cristalino. Cuando esta parte del ojo se torna opaca, la visión se vuelve borrosa. Si bien existen cirugías para controlarlas, con el tiempo, las cataratas pueden causar ceguera.
Al bloquear la radiación UV, los anteojos de sol previenen la aparición de esta enfermedad.
Previenen la sequedad ocular
La utilización de gafas con protección UV de forma frecuente en los ambientes exteriores ayuda a mantener la humedad correcta de los ojos, protegiéndolos del brillo solar, las corrientes de aire y los cambios repentinos de temperatura.
Protegen la córnea
La córnea, una membrana transparente que se encuentra en la parte externa de la retina, es una zona muy sensible y, por lo tanto, susceptible a los daños que provoca la exposición a los rayos solares.
Utilizar gafas de sol previene daños en la córnea, evitando quemaduras e inflamación en esta área, también conocida como queratitis.
Reducen el deslumbramiento
Los anteojos de sol polarizados filtran la luz solar directa y la que se refleja en superficies como el agua, la nieve o el asfalto.
De esta manera, reducen el deslumbramiento y aportan una mayor nitidez visual, lo que se traduce en más comodidad y seguridad para los usuarios.
Retrasan la aparición de arrugas
La sobreexposición al sol acelera la pérdida de colágeno. Si bien toda la dermis es sensible a la acción de los rayos solares, la piel que rodea los ojos es mucho más delicada que el resto. Esto explica la aparición temprana de arrugas en esta zona.
El uso constante de gafas con protección UV retrasa este proceso, propiciando la conservación del colágeno en la piel que está alrededor de los ojos.
Previenen el cáncer
La piel del párpado es delgada y delicada, por lo que es susceptible al cáncer de piel como cualquier otra parte del cuerpo que se expone al sol.
Por lo tanto, es fundamental resguardar la piel de esta parte del cuerpo utilizando anteojos con filtro UV.
Protegen del polvo, el viento y los agentes infecciosos
Los factores climáticos como el viento, la llovizna y humedad también afectan el estado de los ojos, provocando molestias e irritaciones.
El uso de gafas de sol es clave para reducir las molestias ocasionadas por estos factores, así como para reducir el riesgo de infecciones oculares, ya que evitan el contacto directo con partículas o agentes infecciosos presentes en el ambiente.
Cómo elegir anteojos con protección UV
Ahora que ya explicamos la importancia que tiene utilizar anteojos de sol durante todo el año, veamos qué factores tener en cuenta a la hora de elegir un par.
- Protección UV. Deben bloquear el 100% de los rayos UVA y UVB. De esta forma, previenen daños oculares a largo plazo.
- Tamaño. Las gafas grandes ofrecen más protección porque cubren una superficie mayor del rostro, evitando que los rayos UV entren por los costados e impacten en los ojos.
- Ajuste. Asegurate de que no se resbalen, ni aprietan demasiado. Tampoco deben apoyarse en las mejillas al sonreír o los cristales ni rozar las pestañas.
- Formato. Cuadrados, rectangulares, de monturas altas, con patillas finas… Los anteojos con protección UV que elijas deben estar en consonancia con la forma de tu rostro.
- Color de la lente. Los cristales de las gafas de sol pueden tener diferentes colores. La elección de una tonalidad tiene que ver con los niveles de iluminación en donde se usarán los lentes y el trabajo que se realizará con los lentes, entre otros factores.
- Tipo de cristal. Así como sucede con los recetados, los lentes de sol también pueden tener cristales orgánicos (acrílicos) o minerales (vidrios).
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